PUBLICACIONES

Monday, November 17, 2014

"Contigo puedo ser +": encuentro de pastoralistas (España)

Acogida a los participantes

Saludo de Bienvenida
Patxi Fano, padre de familia, director y profesor de un
colegio, agente de pastoral, dibujante al servicio de la
evangelización... animó el encuentro
Mensaje: Evangelio de San Juan 10,10
Equipo NazaREd:
Presentación de los materiales de Adviento
www.PastoralManyanet
Celebración de la Palabra:
"La pastoral se hace de rodillas"

Comida fraterna
 
Foto de grupo


Monday, September 1, 2014

Encuentro de religiosos, profesores y personal de administración y servicios de los colegios P. Manyanet (delegación de España)

Llegada y saludo de los participantes

Saludo del P. José María Taulats, Delegado de Educación.
Conferencia a cargo del P. Solorzano, O.P., responsable del
Área de Pastoral de la Federación Española de Religiosos de Enseñanza.

Palabras del Padre General a los participantes

Participantes

Participantes

Presentación del libro "El Educador Laico en los Colegios
del Padre Manyanet".

Liturgia de la Palabra
Parroquia-Santuario San José Manyanet

Ofrenda floral a san José Manyanet

Aperitivo en los patios del Colegio Padre Manyanet
San Andrés el Palomar, Barcelona, España.

Tuesday, March 18, 2014

"Para que tus hijos sean felices debes dejarles sufrir...pero con humor": y sirve también en adultos, por Laura Peraita

FERNANDO SARRÁIS
Autor de Madurez Psicológica y Felicidad

Fernando Sarráis, psiquiatra y psicólogo de la Clínica Universidad de Navarra es autor de Madurez psicológica y felicidad (en Eunsa.es), y da algunas claves para ser feliz. Está convencido de que alcanzar la felicidad es posible «aunque sea limitada», pero para lograrla hace falta un gran esfuerzo.

—¿Por qué todo el mundo quiere ser feliz y muy pocos lo consiguen?
—Conseguir la felicidad es algo muy valioso, cuesta conseguirlo. Muchos prefieren no esforzarse y se quedan en el camino. Por eso hay tantas adicciones a la comida, al sexo, al alcohol... porque renuncian a la felicidad y, por su frustración, prefieren optar por la postura cómoda de sentirse bien a corto plazo, en vez de luchar por ser felices.

—¿Cómo se puede cambiar esta actitud?
—Las personas no saben sufrir, tienen miedo a hacerlo. Las familias, por ejemplo, tratan de proteger cada vez más a sus hijos y no les dejan que sufran. Es un gran error. Estamos haciendo niños temerosos. La vida es dura y difícil y los niños deben estar preparados para ella. Podemos educarles con miles de pequeños ejemplos cotidianos: si el niño tiene hambre, hay que dejar que se aguante hasta la hora de comer; si está cansado, no hay que cogerle en brazos; si se aburre, no debemos hacer piruetas para que se ría... Hay mil maneras de dejarles sufrir, pero con humor.

—¿Sufrir con humor?
—El ejemplo deben darlo los padres. Si se le pierden las llaves o le pitan en un semáforo, no debe gritar y desesperarse. Es mejor decir algo así como «a las llaves le han salido piernas y no sé donde se han metido...», porque el niño aprenderá a afrontar situaciones similares con un tono optimista.

—¿Cuál es la clave para ser feliz?
—Hacer lo que uno debe y porque le da la gana; porque se lo dice la razón y es bueno. Es un asunto de madurez psicológica. Cuando alguien hace algo que no quiere (por miedo, vergüenza...) se siente fatal, no se ha sentido libre para actuar de otra manera. Su razón no ha dominado sobre sus emociones.

Estudios psicológicos han dejado patente que el factor que determina la felicidad es la personalidad. Una persona puede ser millonaria, pero si es avara, cada vez que pague será un infeliz; un hombre puede tener una mujer espectacular, pero si es celoso, sufrirá continuamente. Para lograr dominarse es preciso que cada individuo aprenda a meterse dentro de sí; es decir, a desarrollar su introspección, y a contemplar, analizar y estudiar cómo se siente, sobre todo ante los momentos afectivos, positivos o negativos, para familiarizarse con ellos, conocer su origen, su impulso a ciertas conductas... Esta tarea requiere entrenamiento y tiempo.

—¿Quién debe ocuparse de ello?
—En las escuelas hay muchas matemática, lengua... pero no enseñan a los alumnos a quitarse el miedo, a ser seguros, aumentar la autoestima; en definitiva a ser dueño de uno mismo. Los educadores deben ayudarles a realizar estos juicios racionales sobre los afectos, animándoles a que piensen cómo se sienten, si lo que sienten se ajusta a sus circunstancias y si las acciones que han realizado son las adecuadas. Hace falta que aprendan a pensar y decidir antes de actuar, a controlar las emociones negativas para actuar con libertad.

Fuente: religionenlibertad.com

Friday, January 3, 2014

Puntos centrales a la hora de educar, por José María Contreras


He recibido una pregunta que me parece interesante, y voy a dedicar esta entrada a responder a la pregunta de la mejor manera que sepa hacerlo.

Tengo tres hijos en edad escolar y quiero que este año sea un buen año para ellos. ¿Me puede decir donde centrar los esfuerzos fundamentalmente?

Tener unos padres que se quieren

En primer lugar le diré, que aunque nos pase muy desapercibido a los padres, lo que más educa a los hijos es tener unos padres que se quieren. Prepara mucho el terreno para que ellos puedan ser educados. Ya sé que en muchos casos no puede ser así, pero no hagamos sufrir a la verdad.

Ver a sus padres hablar mal del otro, no respetarlo, tratarlo de malas maneras, los descentra muchísimo y hace que todo el esfuerzo, que muchas veces ponemos, no alcance los objetivos que pretendemos. Además, hace perder la autoridad de una manera total.

Esto que acabo que decir vale también para las personas que estén separadas.

Ver que sus padres, aunque separados, se respetan y se tratan con delicadeza, es muy bueno para los hijos, aunque lo deseable fuese que los viesen quererse.

Sobriedad: no les den caprichos

Dicho esto, yo les diría que los mantuviesen cortos, no les den caprichos. La sobriedad, es la puerta de la educación. Es imposible educar a una persona a la que se le atienden todos sus caprichos. Además, sería bueno que les diese unos encargos que tuviesen que cumplir, para ayudar en casa y para que se esforzasen por los demás.

Preocupación por los demás

La exigencia, la preocupación por los demás, es la gran fuente de maduración humana. Cuando, en una familia o en una sociedad, no hay preocupación por el otro, esa familia o esa sociedad son inmaduras. Actualmente, es muy fácil comprobar lo que le estoy diciendo.

Horario organizado

Por otra parte, que tengan un horario de estudio y que se esfuercen por cumplirlo.

Si usted y su marido se esfuerzan por quererse más, y sus hijos se esfuerzan por preocuparse por los demás y por trabajar, no le quepa la menor duda de que el año será bueno para ellos y para ustedes.

Siempre la solución a los problemas educativos pasa por vivir bien el día a día, independientemente del estado de ánimo que se tenga.

Paciencia y serenidad

Insistir, serenamente, en las mismas cosas, se tengan ganas o no, es muy educativo. No se olvide que he dicho serenamente, la forma de que los valores cuajen en los demás es la exigencia constante, cariñosa y serena.

Sentirse querido

Por otra parte y, para terminar, que se sientan queridos. No estoy diciendo que se le quiera, que eso lo doy por supuesto, sino que se sientan queridos. Que perciban que son más importantes que el trabajo y los amigos de los padres. Porque cuentan, se les valora, se les pide opinión, se les dedica tiempo, se cambian planes apetecibles por atenderlos. Esto es fundamental.

Todo ser humano lleva impreso en su corazón que es querido cuando el otro es capaz de sacrificarse por él.

Fuente: religionenlibertad.com