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Wednesday, January 4, 2012

Benedicto XVI: "El calor del hogar enseña más que las palabras"


Cientos de miles de personas participaron en la Fiesta de las Familias, en la plaza de Colón de Madrid el sábado 31 diciembre 2011. Se pudieron escuchar los testimonios de numerosos jóvenes y familias durante el rezo del rosario. A las 16.30, comenzó la Santa Misa, presidida por el cardenal arzobispo de Madrid Antonio María Rouco, al que acompañaron una treintena de obispos llegados de toda España y de Europa. Durante la celebración, el cardenal Rouco leyó el mensaje de Benedicto XVI.

"Jesús se hizo hombre para traer al mundo la bondad y el amor de Dios; y lo hizo allí donde el ser humano está más dispuesto a desear lo mejor para el otro, a desvivirse por él, y a anteponer el amor por encima de cualquier otro interés y pretensión".

"Así vino a una familia de corazón sencillo, nada presuntuoso, pero henchido de ese afecto que vale más que cualquier otra cosa. Según el Evangelio, los primeros que fueron a ver a Jesús, los pastores, 'vieron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre' (Lc12,6). Aquella familia, por decirlo así, es la puerta de ingreso en la tierra del Salvador de la humanidad, el cual, al mismo tiempo, da a la vida de amor y comunión hogareña la grandeza de ser un reflejo privilegiado del misterio trinitario de Dios".

"El Niño Jesús, que crecía y se fortalecía, lleno de sabiduría, en la intimidad del hogar de Nazaret (cf. Lc 2,40), aprendió también en él de alguna manera el modo humano de vivir. Esto nos lleva a pensar en la dimensión educativa imprescindible de la familia, donde se aprende a convivir, se transmite la fe, se afianzan los valores y se va encauzando la libertad, para lograr que un día los hijos tengan plena conciencia de la propia vocación y dignidad, y de la de los demás. El calor del hogar, el ejemplo doméstico, es capaz de enseñar muchas más cosas de las que pueden decir las palabras".

Tuesday, January 3, 2012

EL PAPA URGE A EDUCAR A LOS JOVENES EN LA JUSTICIA Y EN LA PAZ


El papa Benedicto XVI dijo al comenzar el año 2012 que "educar a los jóvenes en la justicia y en la paz" es un deber que compete a cada generación.

La primera misa de 2012 en la Basílica de San Pedro por Santa María Madre de Dios y al mismo tiempo con motivo de la 45 Jornada Mundial de la Paz, la concelebró el papa junto al secretario de Estado del Vaticano, Tarcisio Bertone y el presidente del Consejo Pontificio Justicia y Paz, Peter Turkson, entre otros cardenales.

El lema de la Jornada de la Paz en 2012 es "Educar a los jóvenes en la justicia y la paz" y a la solemne misa asistieron como es tradición cada 1 de enero, los embajadores del mundo acreditados ante la Santa Sede. Benedicto XVI pidió a los representantes de los Gobiernos "la voluntad de renovar el compromiso de la paz en el mundo".

"Educar a los jóvenes en la justicia y en la paz -dijo- es un deber de cada generación y, gracias a Dios, la familia humana, tras la tragedia de las dos grandes guerras mundiales, ha mostrado siempre ser siempre más consecuente, como atestiguan, de una parte, las declaraciones y la iniciativas internacionales y de otra, el compromiso social de tantos jóvenes en los últimos decenios".

Reconoció que para la Iglesia, la educación "es un desafío" por dos razones: primero, porque en la época actual, "tan fuertemente marcada por una mentalidad tecnológica, el deseo de educar y no sólo de instruir no puede darse por sentado, es una elección; y, segundo, porque la cultura del relativismo plantea una pregunta radical: ¿sigue teniendo sentido para educar? Y, ¿educar para qué?".

Para el papa se debe educar a los jóvenes en el conocimiento de la verdad y en los valores fundamentales de la existencia. En este compromiso por una educación integral- aseveró-, "entra también la formación de la justicia y de la paz".

"Los chicos y las chicas de hoy crecen en un mundo que se ha hecho, por así decirlo, más pequeño, donde los contactos entre las diferentes culturas y tradiciones, aunque no son siempre directos, son constantes". Para ello, hoy más que nunca, "es indispensable aprender el valor y el método de la convivencia pacífica, de respeto recíproco, del diálogo y de la comprensión".

Señaló el papa que a pesar de que los jóvenes son de natural abiertos al respeto recíproco, "la realidad social en la que crecen puede llevarlos a pensar y a actuar en un modo opuesto, de manera intolerante y violenta".

El Papa subrayó además que "sólo una sólida educación de su conciencia puede ponerlos al resguardo de estos riesgos y hacerlos capaces de luchar siempre contando con la fuerza de la verdad y del bien".

Insistió en que esta educación parte de la familia y se desarrolla en la escuela y en otras experiencia formativas.

"Se trata esencialmente -afirmó- de ayudar a niños, chicos, adolescentes a desarrollar una personalidad que una un profundo sentido de la justicia con el respeto al otro, con la capacidad de afrontar los conflictos sin prepotencia, con la fuerza interior de testimoniar el bien aunque sea a costa del sacrificio, con el perdón y la reconciliación".

Así- refirió Benedicto XVI- podrán convertirse en hombres y mujeres verdaderamente pacíficos y constructores de la paz".

Benedicto XVI pidió a los padres, educadores y a los gobernantes que presten atención al mundo juvenil, e hizo un llamamiento especial a las comunidades religiosas a este respecto.